A lo largo de la historia de la Tierra (esa inmensa casa que nos da cobijo a todos los seres vivos por igual) el hombre ha sabido ingeniárselas para sacar el máximo provecho a las bondades presentes en los bosques, selvas, montañas, praderas, océanos, mares y ríos,  donde los recursos naturales existentes proporcionan mucho más que alimentos.

Pero con la célebre irrupción de la era Industrial nacida en Inglaterra, también sobrevino uno de los peores males de la era moderna: la contaminación ambiental derivada de la sobreexplotación de combustibles fósiles a gran escala mundial como el petróleo, gas y carbón, indispensables para elevar los niveles de productividad en fábricas.

Desde el siglo XIX, se han venido emitiendo gases de efecto invernadero letales para la atmósfera (el planeta se ha calentado un 0,8%). Eso quiere decir que un cubo de hielo se convierte rápidamente en un pequeño charco de agua.

Lo peor es que no se comprende que sin la atmósfera tal y como la conocemos, la temperatura del planeta descendería hasta -15ºC, inaguantable para cualquier ser vivo.

Uno de los milagros derivados de la industria petroquímica es el plástico, hoy por hoy, uno de los herederos más letales de los combustibles fósiles. Ello es así porque no se degrada fácilmente y va a parar, por culpa de la inconsciencia del ser humano, a los ríos y mares del mundo como material de desecho.

¿El impacto?  Se producen desequilibrios importantes en los ecosistemas, por culpa de sustancias químicas presentes en su composición que envenenan especies marinas y acuáticas que lo consumen, muchas de las cuales están en peligro de extinción por esta causa.

Cada minuto, se utilizan 1 millón de bolsas plásticas. Y eso no es nada. Menos del 5% de esas bolsas son recicladas.

La naturaleza es incapaz de eliminar el plástico, que puede tardar hasta 1.000 años en degradarse por completo.

La basura que más cae a los mares son precisamente botellas plásticas que no se reutilizan o reciclan. Y colillas de cigarrillos.

Es tan grave el problema que actualmente existen islas con miles de millones de toneladas de plásticos que flotan a la deriva en los océanos del mundo. Claro, cómo evitarlo… si el 40% de los plásticos producidos en el mundo jamás se reciclan.

Existen otras prácticas de alto coste para el planeta. Visibilizando su impacto negativo, podemos modificar conductas indebidas quizás derivadas de la ignorancia acerca del tema medioambiental.

Por ejemplo, si te empeñas en seguir usando bombillas normales, en vez de lograr una eficiente emisión de luz, estarás produciendo alrededor de un 90% de energía calórica, que impulsa el uso de otras fuentes de energía para mitigar el calor reinante, como sistemas de aire acondicionado en casa, que elevan el monto de la facturación de electricidad y empujan una mayor explotación de materias primas altamente contaminantes como el petróleo para obtener energía.

Mejor es que uses bombillas de luz blanca, tipo LED.

Y si necesitas calor, antes de encender la calefacción piénsalo dos veces y abrígate muy bien con un jersey grueso en invierno. Es otra forma inteligente de ahorrar energía y mitigar el impacto que producen cerca de 400 kilogramos al año de dióxido de carbono que inundan la atmósfera, el más abundante de los gases de efecto invernadero.

NO formes parte del 5% de la población mundial que usa indiscriminadamente cerca del 25% del total de energía disponible en el planeta. Desconecta todos los electrodomésticos y equipos eléctricos después de usarlos. En “stand by”, se sigue consumiendo energía.

Otro dato curioso que puede controlarse si inculcamos en nuestros hijos desde muy temprana edad una cultura de respeto por el medioambiente, es no ensuciarse tanto. Un solo chiquillo en Occidente puede generar 200 kilogramos al año de ropa sucia que debe lavarse con detergentes que impactan al medio ambiente.

Pero hay más.

Las peores prácticas ambientales, con emisiones no deseadas de dióxido de carbono, proceden de países industrializados como Estados Unidos y Rusia, pero también de los que tienen mayor población a nivel mundial, como China y la India.

Sin embargo, proporcionalmente, son Gibraltar y Singapur los mayores productores de C02 del planeta.

¿Otras consecuencias del irrespeto hacia el ambiente y sus dinámicas?

Si los polos del planeta se derritieran por completo gracias al calentamiento global en franco ascenso, Florida y otras ciudades costeras desaparecerían.

 Y si sigue subiendo peligrosamente la temperatura global del planeta, seguirán apareciendo enfermedades tropicales en zonas donde antes no las habían conocido. Reduce tu propia huella de carbono y dale vida a esa gran casa llamada planeta Tierra, el hogar saludable que todos merecemos.

Fuente de la infografía: Energiatoday.com